Editorial La poesía se fue de viaje. Va y viene de la casa al trabajo, del trabajo a los encuentros cotidianos donde el cuerpo pide descanso y el alma no se complace más que con poesía. La poesía no escrita quizás, aquella de las esquinas, la del paradero de la locomoción colectiva donde cada ser es un poema en proceso de vida, con temores que acechan, con ilusiones que dan esperanza, con inocencia de mundo, con arrogancia y seguridad de “el que sabe, sabe”. La poesía se fue en la dura, se llevó amigos sin previo aviso, nos dejó nostalgias de buenos tiempos compartidos y un espacio grande donde nos cuesta instalar nuestra conversa. La poesía llegó de vuelta, trae novedades y alegrías, trae pañales de infancia… y de incontinencias sabidas. Trae savia nueva, nueva trova, nueva impronta que
energiza, sacude y a veces espanta. Foto publicada en Facebook por Acción Poética en Chile, 27.03.2015 |
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